20.09.13
DIA10 /SANTOÑA- GUEMES
Nos pusimos a caminar y yo estuve a punto de liarla parda.
Porque
le dije a Ezequiel que era para la derecha hacia las marismas, después de 3
minutos andando me entraron muchas dudas y avise a todos, Ezequiel llamo a
Ricardo y nos dijo el camino correcto, Y allí fuimos los 5.Para mi Ricardo ya
era uno más y nuestras charlas eran cada
vez más frecuentes.
Después toco subir el Brusco una montañita que va a dar a la
playa de Noja y se las traía dios mío valla bajada (ahora ya sé porque le
llamaban así)
, Ezequiel con dos huevos cogió la mochila de Lisa y llevo la suya
y ya de ella hasta abajo,que tío mas majo y buena persona. Despues de atravesar la playa de Noja.
paramos a tomar algo en el pueblo , y continuamos dirección Güemes,
Por el camino me empezó a doler el tobillo, de una manera preocupante, bastante
intenso yo sabía que era una tendinitis es algo que iba a aparecer tarde o
temprano, pero decidí que eso no me iba a marcar el día pero sin duda tendría
que cuidarme mucho.
A la llegada a Güemes me sorprendió de que era un pueblo muy
chico no tenia centro ni nada, pero hablaban muy bien del albergue del sitio ,
que lo había hecho un tal Ernesto que era cura.
Y a nuestra vista llego la imagen de una casona que parecía
ser el tal albergue, Nos recibió un hombre y nos dijo si queríamos comer y
dijimos que si claro, dejamos las cosas y allí fuimos.
En el comedor estaban comiendo algunos peregrinos y un
hombre mayor de mucha barba y gordito tenía un toque a Papa Noel.
Comimos de muy bien la verdad,
Más tarde descansamos y a la tarde nos dieron una charla en
una sala grande allí estábamos todos los peregrinos, justo al lado del padre Ernesto
estaba otro hombre que nos iban a explicar la historia del albergue, pero lo
explicaría el otro hombre que también era muy majo ,por que el Padre Ernesto tenía
que ir a resolver un asunto. Cuando este partió el buen hombre nos explico la fascinante vida de Ernesto y lo mucho que lucho por hacer el bien y todo
lo que trabajo y viajo por el mundo, esa historia me cautivó verdaderamente, y el
cómo habían hecho funcionar el albergue y el montón de proyectos solidarios que
tienen y como directamente el lo gestiona, el tío no dona el dinero a ninguna organización , el Padre Ernesto con
el dinero que gana, va a algún lugar del mundo , contrata a la gente el mismo y
construyen un colegio o lo que sea. Al final, dijeron que debíamos donar lo que
nosotros pensamos que habíamos gastado, me pareció bien.
Después en la cena me pareció el momento más mágico, nos
habían colocado en una mesa pequeña estábamos nosotros y casualidades el padre
Ernesto también,
que contento estaba de poder cenar en la misma mesa que ese hombre un tío que sin duda me inspiraría y me motivaría en el futuro, fue también muy especial porque era la ultima cena con Ricardo y Ezequiel, fue realmente precioso aquello, creo que todos disfrutamos mucho del momento.
Yo después me fui a dormir pese al intenso dolor en mi tobillo, que me hacia pensar demasiado, la verdad es que me acosté muy
feliz, posiblemente fue uno de los días más felices de mi vida.
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